Cuando escuchamos el término "Roleplay" o "Juego de rol" se asocia
inmediatamente con juegos de fantasía que nada tienen que ver con
el ámbito educativo, no obstante esta actividad es una que resulta
inherente al ser humano y de la cual podemos echar mano para desarrollar
capacidades intelectuales, habilidades sociales y la creatividad.
Tomando en cuenta que la tecnología es la mano derecha de las personas
en la actualidad, el aprender a programar permite que se tomen decisiones
estrucutradas, ya que se dice que escribir código ayuda a pensar de una
manera más analítica, en lugar de hacerlo con prueba y error.
Las actividades cocurriculares se configuran como proyectos
de ocupación de tiempo libre. Ofrecen una alternativa de ocio
positiva y un nuevo escenario donde los alumnos y alumnas pueden
desarrollar al máximo sus competencias, especialmente la personal,
social y ciudadana, promocionando su salud, autonomía y solidaridad.